Quien dijo que era fácil – Audre Lorde

$ 1.200,00

+ Envío
Autor Audre Lorde
Editorial Zindo & Gafuri
Género Poesía
ISBN 9789873760945
Publicación 2019
Páginas 180

Disponibilidad: Hay existencias

La poesía no es un lujo

Una ola morada y verde recorre el mundo: la ola del feminismo. Se expresa en formas de arte, en grupos de estudio y hasta en batallones armados como el de las mujeres kurdas. También se expresa en palabras que nos descubren nuevas relaciones, nuevas formas de estar en el mundo y nuevos afectos como sororidad. O redefinen formas de no estar en él, como travesticidio.  Manifestaciones, referendos, redes sociales y mateadas, charlas con nuestras amigas y nuestras madres, nuestras parejas dan testimonio de que la necesidad de arraigarse en el mundo de forma distinta encontró un cauce y un torrente compartido.

¿Pero es justo hablar de “El” feminismo? ¿Y qué quiere decir hablar de “los” feminismos? Por momentos pareciera que se trata de una suerte de góndola de identidades de la que cada una puede tomar la que le resulte menos inconveniente, y pareciera que hay productos disponibles para cualquiera que pueda pagar. ¿Cómo evitar que el mercado recapture nuestros cuerpos en lucha y los redefina como mercancías de la identidad? ¿Y qué tiene que ver la poesía en todo esto?

Para las mujeres, la poesía no es un lujo. Es una necesidad vital de nuestra existencia. Define la calidad de la luz bajo la que formulamos nuestras esperanzas y sueños de supervivencia y cambio, que se plasman primero en palabras, después en ideas y, por fin, en una acción más tangible. La poesía es el medio por el que nombramos lo que no tiene nombre para poder pensarlo. Los horizontes más amplios de nuestras esperanzas y miedos están empedrados en nuestros poemas, tallados en la roca de las experiencias cotidianas.

Audre Lorde tuvo tres nombres: Audrey, Audre y Gamba Adisa. El primero lo recibió de sus padres, en 1934. El segundo se lo dio a sí misma en su infancia, por amor a la simetría y a la aliteración. El tercero se lo dio en el lecho de muerte, en 1992, y quiere decir “la guerrera que se hace escuchar”. Un nombre ganado justamente: tanto se hizo escuchar que contribuyó a gestar a una ola entera del feminismo, el feminismo interseccional, el que vivimos hoy. Antes de que existiera esa palabra, la voz de Lorde se alzaba para demostrar que racismo, homofobia y patriarcado van de la mano. Con sus ensayos, su poesía y su militancia docente, Lorde creó un lenguaje para expresar, compartir y agrupar las experiencias de miles de mujeres que no encontraban en el feminismo de su época ningún lenguaje que las representara, porque ese feminismo denunciaba el agobio de una vida de ama de casa a la que ellas jamás podrían acceder.

Carrito de compra