Este es un libro arriesgado y valiente: no le teme a probar géneros y formas, pero siempre con una voz narrativa propia, que se distingue por una prosa poética encendida y singular. Sus cuentos fluyen con un tono confesional que nos hacen ser testigos incluso de lo que no deberíamos ver. Los personajes nos hablan como si estuviésemos al lado de ellos; comparten sus dudas, sus miedos, sus certezas abandonadas, y así develan su intimidad. Un a intimidad pasional que muchas veces expande los límites del realismo hasta introducirse en lo fantástico; y otras, ilumina aquello que los personajes querrían mantener en la oscuridad.
Marisol Alonso